Para resolver sobre el "BUEN VIVIR" conforme a la Voluntad de Dios, tanto la Iglesia Católica Romana como nosotros los Católicos Anglicanos nos basamos en la Biblia y la Tradición de la Iglesia.
Nuestra diferencia fundamental con respecto a la Iglesia Católica Romana, es que nosotros para resolver sobre el "BUEN VIVIR" como cristianos y católicos, además de recurrir a las dos fuentes ya mencionadas recurrimos a la razón humana que es don de Dios, capaz de ser guiada por Dios mismo mediante el Espíritu Santo, es decir, podemos recurrir a la razón puesto que creemos que Dios puede iluminar la mente y las decisiones de todas las personas que desean su dirección. En cambió, para la Iglesia Católica Romana, para resolver sobre cual es una conducta adecuada, el tercer elemento para decidirlo, no es la razón de la persona, familia o grupo involucrado en la decisión, sino lo que dice el “magisterio”, es decir lo que los obispos y el Papa han determinado al respecto del correcto comportamiento como cristianos y católicos.
He aquí algunos ejemplos de lo que la razón guiada por el Espíritu Santo nos ha dictado como correcto a los Católicos Anglicanos: Hemos concluido que las mujeres pueden ser sacerdotes y obispas, que el uso del condón es bueno para prevenir conductas de riesgo, que los Sacerdotes que se quieran casar pueden hacerlo así, que es bueno que los obispos sean electos por voto secreto y universal de todos los fieles, y que los sacerdotes no manejen el dinero de la Iglesia.
Es decir, esta es una Iglesia en la que usted consultando a Biblia, las costumbres de la Iglesia Cristiana a través de la historia y pidiendo que Dios dirija sus decisiones e ideas así como las de los que lo rodean, usted tiene la última palabra, por ejemplo, respecto a si usará anticonceptivos o no, si verá una película o no, si usará tal o cual ropa, etc.
Es decir, creemos que si se deja guiar por el Espíritu Santo (Dios que vive en y con nosotros) usted está en la capacidad de ver con claridad sus propias circunstancias y de decidir con el apoyo de quienes lo (a) aman y de sus compañeros en la fe, sobre su vida, su sexualidad, sus gustos, etc.